martes, 29 de julio de 2014

Rescatamos una entrevista a Anabel Gandullo

TAMBIÉN AÑADIMOS a la pestaña Prensa y Promoción una entrevista a Anabel Gandullo, que antes de comenzar la gira por Paraguay hizo una rápida incursión a Argentina, país por el que ya había estado anteriormente. La entrevista tiene mucho interés escucharla porque no escatima Anabel en hablar de la profesión del cuentero y porque aporta muchos datos sobre esta gira de la que es objeto este blog.

Escuchar aquí a partir del minuto 5:30


Entrevista a Anabel Gandullo


ES ANABEL GANDULLO cuentera que se prodiga poco por Internet, pues aparte de su facebook personal, no se le conoce web, ni blog, ni perfil público donde poder saber más de ella o contactar para posibles contrataciones, de hecho, hasta que este blog salió a flote era difícil encontrar datos sobre su trayectoria... que es sin embargo es ya larga y experimentada... conversar con ella es hacerse una idea mejor del oficio y de la pasión de contar cuentos.

¿Argentina o Paraguay? ¿Qué hiciste entonces y qué has venido a hacer ahora?
Difícil elegir, pues cada país marcó una época en mi vida. Personalmente Argentina, por lo mucho que aprendí de la vida, la cultura y las gentes en esos 6 meses y a los 24 años. Profesionalmente Paraguay, que me brinda la oportunidad de crecer, limpiar, mejorar, demoler y construir mi trabajo. A Argentina vine de viajante, a llevarme historias, a Paraguay vine también a traerlas.

Aparte del cuento, ¿qué otros motivos te han impulsado a venir a Paraguay?

Evidentemente, querido Alfredo, la oportunidad de conocer este trozo de Latinoamérica y vivirlo con este maravilloso grupo de compañer@s y amig@s. Sobre todo ell@s fueron el empuje final.

¿Cuál es el punto de inflexión en tu vida que te lleva desde entonces por el camino de los cuentos?
El conocer a una chica, Paula, en un curso, que me contaba que esto de contar cuentos se hacía profesionalmente, y me llamó tanto la atención, porque yo había tocado algo del tema en otros trabajos, que me puso en contacto con la gente que luego fueron mi equipo de trabajo. Simplemente me fui enamorando. Los cuentos me atrapaban de siempre y me gustaba escribirlos, pero no pensaba que podría hacer de ellos un modo de vida.

Como cuentera y miembro de Fabulando, ¿qué elementos o condiciones son necesarias para poder llevar a cabo vuestro trabajo?
Veo, estimado entrevistador, que no escatima en preguntas «comprometidas». Es algo bastante personal, no todos pensamos igual, pero si tengo que mojarme, desde mi punto de vista es muy importante saber dónde uno se mete porque no es terreno fácil. Hay que ser disciplinado, curioso, tener sed de investigación, creatividad, un punto distinto al resto, apasionado y expresivo, leer mucho, escuchar más… y NUNCA cansarse de hacer esto, porque este es el trabajo resumido de un cuentero: disfrutar mientras crea y luego compartir sus historias con los que escuchan que han de disfrutar igual o más a ser posible.

¿Los cuentos que son para niños pueden ser también para mayores? ¿Y al revés?
Yo opino, amigo, que los cuentos son para todos. Cada cuento por «chico» que sea guarda una historia que puede ser grande y puede gustar a los grandes, de hecho, según mi experiencia, suele gustarles, he visto a muchos adultos disfrutar con cuentos «etiquetados» para niños, igual que un niño lo hace o incluso más.
  En el caso contrario puede pasar de todo, hay cuentos para adultos que son perfectamente entendidos y disfrutados por niños, pero hay muchos otros, que por su contenido ético, político, erótico, trascendental o demás aspectos, no suelen ser entendidos por un público infantil, y yo tampoco los recomendaría.
   Sí que insisto en la idea de que el niño está preparado para escuchar historias más profundas o crudas de lo que creemos en los últimos tiempos, que se ha optado quizás demasiado por una pedagogía de la protección al niño hacia las realidades sociales y mundanas.

Cuéntame, ¿cuál es la mecha que enciende tus cuentos?
¡Uuuuuf! Diría que contar algo que me importe y que siempre deje hueco a la espontaneidad.

¿Cuáles son tus proyectos para un futuro más cercano?
Seguir encontrando historias y contando hasta que me salgan muchas arrugas.

¿El que cuenta piensa o el que piensa cuenta?
¡Vaya preguntita, Alfredo! Yo cuando cuento pienso aunque intento hacerlo cada vez menos. Y cuando pienso a veces adorno cuentos o los creo.

¿Qué libro o libros te acompañan en este viaje a Paraguay?
Cuentos de los juguetes vivos (Vol. II) de Antoniorrobles y El mercader de sueños y otros relatos de Carmen de Posadas.

¿Un cuento lleva a otro cuento?
Sobre todo cuando montas una sesión de cuentos. Eliges uno que te llama por la razón que sea y ese te lleva a la búsqueda de otro/s que se pueda/n enlazar con el anterior, bien por temática, ritmo u otros parámetros. Para mi la respuesta es «normalmente sí».

¿A qué cuentero no te cansarías nunca de escuchar?
A cualquiera que cuente cosas que me interesan, que me envuelvan y que tenga un buen ritmo. No tiene por qué ser alguien conocido, podría ser cualquier anciano que tiene algo que contar. Aun así no niego que tengo mis «favoritos».

Tres cosas que no te gustan en un cuento
La falta de autenticidad por muy mentira o fantasía que pueda albergar lo que se cuenta, la falta de ritmo y música que hacen del cuento una historia monótona, la falta de contenido.

Tres cosas que no debería nunca faltar en un cuento
Para mí, todo lo contrario a lo anterior: La autenticidad, el ritmo y la musicalidad y el contenido.

¿Cuál es tu cuento preferido?
Cualquiera que pase por muchas etapas y cuyos personajes tengan un recorrido interesante. Sobre todo lo encuentro en los buenos cuentos populares de cualquier lugar del mundo. Por poner un ejemplo, «El agua amarilla», aunque no es mi favoritísimo.

¿En España cuál es el problema fundamental de la profesión?
El reconocimiento escaso dentro de las artes escénicas y por consiguiente su poca integración en la oferta cultural. Quizás en los últimos tiempos, a pesar de los recortes en cultura, esté naciendo una nueva visión de la cuentería.

¿En qué lugar que aún no hayas estado te gustaría contar un cuento?
En La India y en inglés.

¿El cuento o la vida?
La vida con cuento y el cuento con vida, no quisiera separarlos.

¿Contar solo o acompañado?
Depende del momento y de tu periodo personal-profesional.

¿Hay más cuento del que no vemos?
Siempre. Los personajes recorren otros caminos, sienten y experimentan más de lo contamos, respiran cuando la historia termina y lo que el cuento transmite va más allá.

Un libro de teoría sobre la narración oral que no dejarías de recomendar
Contar con los cuentos de Estrella Ortiz, por su enseñanza inicial plasmada de un modo sencillo.

Tres aplicaciones del cuento para la vida moderna
La persecución de los objetivos, la honestidad, el recorrer el propio camino y no el que otros marquen.

¿Contando se entiende la gente?
Yo digo que sí. Los cuentos quieren decir muchas cosas, buscan una complicidad con el público, un entendimiento si es posible absoluto, una conexión libre de moralizaciones.
   
Si el cuentero sabe llegar a ese punto y el público abrirse a él, contando y escuchando se entiende la gente.

Entrevista a Alicia Bululú

ALICIA BULULÚ, haciendo gala de su nombre, no para nunca, y hasta cuando sueña viaja dormida. Cuentan que un día le vieron salir de su Lora del Río natal y dicen que emprendió desde allí su particular y feliz camino a las Ítacas, va viviendo de los cuentos, de los títeres y a veces de «la impro». Desde entonces va con un zurrón lleno cuentos y de historias que no duda en compartir, disfrutando de cada parada en el camino. El viaje se hace contando, la vida, con ella, también.

¿Aparte del cuento qué te trae de nuevo por el Paraguay?

El caldo de pescado, no hay duda. Soy de buen comer, los que me conocen lo saben.

¿Cómo es una vida en torno al cuento? ¿Existe un día «modelo» en la vida laboral de Alicia Bululú? En ese caso, ¿cómo sería?
Siempre trabajando, siempre. Pero para que sea día modelo tiene que haber siesta.

¿Dónde encuentras los cuentos que luego incorporas a tu repertorio?, ¿cuáles son tus fuentes o cuál tu inspiración?
Mi inspiración: la vida. Mi fuente habitual: los libros que la vida me pone por delante o que yo le pongo por delante a la vida. Y los que encuentro que son para compartir, los incorporo al repertorio.


¿Hasta dónde es importante conocer a los demás cuenteros y tener buenas relaciones dentro del mundo de la narración oral?
Sin cama ni envidia... todo va de maravilla.


Recientemente has estado organizando un Encuentro de Narradores Orales Andaluces en La Puebla de los Infantes, ¿cómo explicas qué haya habido más gente que haya hablado del encuentro que gente que haya participado? Falta de tiempo y falta de confianza. ¿A qué conclusiones llegasteis? Que todo es cuestión de tiempo y confianza.

¿Qué tienen los demás artistas que no tengan aún los cuenteros y qué tienen los cuenteros que les gustaría tener a los demás artistas?
A lo primero: reconocimiento de su disciplina, y el diálogo entre ellas.
A lo segundo: la honestidad de los buenos cuenteros.

¿Cuáles son tus proyectos para el futuro?
Casarme y tener familia. Soy una mujer de tradición, en los cuentos y en la vida.



 

¿El que cuenta piensa o el que piensa cuenta?
El que piensa cuenta si actúa. Si el que cuenta piensa (durante el acto) sobre-actúa.

¿Qué libro o libros te acompañan en este viaje a Paraguay?
Alicia en el País de las Maravillas (ya era hora). No me sentía a gusto leyéndolo en tierra propia.

¿Un cuento lleva a otro cuento?
¿Un clavo saca otro clavo?

¿A qué cuentero no te cansarías nunca de escuchar?
A mi abuelo, y porque se fue... Todo el día contando batallas tiernas.

Tres cosas que no te gustan en un cuento.
Sota, caballo y rey.

Tres cosas que no debería nunca faltar en un cuento.
Ganas de contarlo, ganas de compartirlo, ganas de sentirlo.

¿Cuál es tu cuento preferido?
Uno de tantoooos: «El pato y la muerte».

¿En España cuál es el problema fundamental de la profesión?
Necesitamos más críticos, más directores, más profesionalidad para un mayor reconocimiento. Y menos pelotas fuera, y menos peloteo.

¿En qué lugar que aún no hayas estado te gustaría contar un cuento?
En un cementerio mexicano.

¿El cuento o la vida?
Una vida de cuento

¿Contar solo o acompañado?
Sola ni puedo ni quiero.

¿Hay más cuento del que no vemos?
Uuuuufff, ni te imaginas el cuerpo que hay debajo del vestido.


Un libro de teoría sobre la narración oral que no dejarías de recomendar.
El narrador oral y el imaginario de Pepito Mateo en Palabras del Candil.

Tres aplicaciones del cuento para la vida moderna.
Para soñar, para crecer, para crear.

¿Contando se entiende la gente?
Escuchando, la gente se entiende cuando se escucha.

Entrevista a Carlos J. Arribas «Carloco»

CUENTERO Y MAESTRO DE EDUCACIÓN INFANTIL, con buena mano y buen repertorio de cuentos para que los niños más exigentes y revoltosos rían, canten, lloren, se emocionen, conozcan más y mejor, y se sorprendan con sus cuentos y con la vida. Desde hace años va surcando también el camino de la narración oral para adultos. Los viajes le sientan bien, es, tal vez, junto con la convivencia con otros cuenteros y su afán de conocer nuevos libros, la gasolina con la que su actividad creativa se multiplica. Lo entrevistamos en mitad de esta expedición por tierras paraguayas.

¿Cuándo Carloco y cuando Carlos J. Arribas? ¿Hay diferencia entre estos dos narradores?
El apodo de Carloco viene de mi época de universidad, en aquel entonces la hija de una compañera me llamaba así porque jugaba mucho con ella mientras «los mayores» hablaban. Para los niños, el adulto que juega como ellos está un poco loco, y ella me llamaba Carloco. Coincidió que empezaba con los cuentos y se me fue quedando. A veces se me plantea la duda de cómo presentarme en los carteles ya que muchos amigos incluso ya me conocen como Carloco.

¿Aparte de los cuentos qué te ha traído a Paraguay?
El respirar un aire nuevo, conocer y aprender de una cultura diferente, compartir con los compañeros y, sobre todo, ver y sentir ese Paraguay del que tanto nos habló el amigo Marco Flecha.

Como maestro de educación infantil, ¿Recomiendas a los demás profesores de los beneficios del cuento para enseñar bien o se puede ser buen maestro sin saber contar cuentos a los niños? Los cuentos siempre son recomendables en todos los momentos de la vida, y por supuesto, también como recurso en el aula. Con los cuentos se puede trabajar muchas temáticas, intereses y situaciones que se originan en un aula, generar otras que propicien un diálogo; podemos lograr que se sientan identificados con los personajes y sus conflictos, y, cómo no, divertir, fomentar la escucha, que no deja de ser un aprendizaje, y el pensamiento crítico. Los cuentos suelen estar muy presentes en las aulas de infantil.

Algunos narradores que se consideran profesionales solo por vivir del cuento tachan de intrusos a quienes tienen otra profesión, y a menudo los ven con malos ojos por que pueden quitarle el trabajo. ¿Qué les dirías a los que piensan de esta manera?
Últimamente me está llegando esa opinión y la verdad es que me entristece que haya personas que puedan pensar así, ya que no considero que nadie me haya regalado nada. Cierto es que me considero afortunado, pues puedo compaginar mis dos pasiones: la escuela y la narración, pero también esto me supone un esfuerzo doble y renunciar a cosas. Empecé a contar hace unos doce años y llevo ejerciendo de maestro de infantil casi diez años, con lo cual esa calificación de «intruso» ya me importa poco, las dos profesiones son maravillosas, compatible, y tienen la palabra como nexo de unión... trato de darle la misma seriedad a ambas.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas que te ofrece tu situación actual en la que puedes contar sin vivir del cuento?
Lo importante no es vivir del cuento, sino no vivir sin cuentos. Lógicamente la ventaja más evidente es que tengo un respaldo laboral y económico con la escuela. También esta situación me impide acceder al mismo mercado y proyectos que otros compañeros y, como decía antes, supone también esfuerzos como por ejemplo, salir del colegio a las 15:00 h para conducir tres horas ida y tres horas de vuelta para hacer una función de cuentos. Otra ventaja es que puedo contar a diario a mis alumnos y ver lo que funciona o no con un cuento que haya preparado. Pero insisto, nadie me regaló nada.

¿Qué te ha ocurrido más veces enamorarte de un cuento o contar para enamorar? ¿El amor ha sido fuente principal de tu repertorio de cuentos?
Los cuentos están hechos de palabras y las palabras pueden llegar a enamorar. En cierto modo, cuando cuentas pretendes «enamorar» a quien te escucha, pero intuyo que tu pregunta, querido Alfredo, va por otro sitio, y te cuento que en alguna ocasión encontré el amor con los cuentos de fondo, pero también puede enamorarte la mirada de quien te escucha. En mi repertorio hay lugar también para los relatos de amor, de hecho junto a Alicia Bululú tengo una función de cuentos de amor, mar y muerte, llamada Damorte.

Estás invitado al próximo Festival Internacional de Narración Oral Abrapalabra de Colombia... ¿qué será de ti en Colombia?

Junto a esta gira por Paraguay ha sido la mayor alegría profesional desde hace tiempo. Abrapalabra es más que un festival, es una fiesta de la palabra y uno de los eventos más importantes de América Latina y, por tanto, del mundo. Es un inmenso orgullo haber sido invitado a Abrapalabra. Estuve varias ocasiones en Colombia en diferentes Festivales (Akuentajui, Chía, Girón, Santa Marta, Chiquinquirá…) y es una tierra y una gente muy importante y querida para mí.


¿El que cuenta piensa o el que piensa cuenta?
Me hiciste pensar para contarte mi respuesta, así es que lo segundo.

¿Qué libro o libros te acompañan en este viaje a Paraguay?
Una pequeña novela de Nell Leyshon llamada Del color de la leche, un libro de relatos de Alice Munro llamado Demasiada felicidad y recientemente me compré aquí un libro de cuentos del escritor paraguayo Mario Halley Mora.

¿Un cuento lleva a otro cuento?
Sin duda.

¿A qué cuentero no te cansarías nunca de escuchar?
A los niños que siempre tienen una historia que contarte (y si no la tienen se la inventan) y a los abuelos que recuerdan emocionados alguna historia. Por lo demás, no considero bueno idealizar y mitificar a ningún cuentero.

Tres cosas que no te gustan en un cuento:
La divagación, la inclusión forzada de elementos en el relato y confundir cuento con monólogo humorístico.

Tres cosas que no deberían nunca faltar en un cuento:
Claridad, un buen final y, sobre todo, una trama que te cautive.

¿Cuál es tu cuento preferido?
No tengo un solo cuento preferido.

En España, ¿cuál es el problema fundamental de la profesión?
Varios en mi opinión. La no valoración de esta profesión es uno de ellos, tanto por parte de estamentos públicos y privados como por parte de gran parte de nuestra sociedad. En eso trabajamos, en la dignificación de la profesión.

¿En qué lugar que aún no hayas estado te gustaría contar un cuento?
En todos en los que no estuve aún.

¿El cuento o la vida?
La vida, que por otra parte, es puro cuento.

¿Contar solo o acompañado?
Mi experiencia con la función de Damorte es muy buena aunque normalmente cuento solo.

¿Hay más cuento del que no vemos?
Un cuento se hace de uno cuando se cuenta, a veces no se cuenta todo y a veces se cuenta más.

Un libro de teoría sobre la narración oral que no dejarías de recomendar:
Recomiendo contar sin ceñirse demasiado a ningún libro, al menos en los inicios.

¿Contando se entiende la gente?
Eso espero…