La primera actuación prevista era en Asunción, concretamente en un espacio cultural llamado Salón Naranja, que está situado en el Bº Villa Morra. Actuaban Jesús Buiza y Anabel Gandullo con su una función para público adulto de cuentos picantes y con mucha picardía, «Hacemos un trío» era el título de la función, compuesta por 4 relatos narrados que hicieron las delicias del público.
Como habíamos llegado al espacio con bastante tiempo de
antelación para preparar las luces y el mínimo atrezzo, se me ocurrió que
podría ser buen momento para charlar un rato con las anfitrionas y coordinadoras del espacio,
Karen Pürzel y Adriana Mongelós, dos jóvenes amigas, que desde hace poco más de
un año llevan regentando este espacio y dando impulso a esta iniciativa
cultural en la ciudad. Con ellas tuvimos, previo a la función, una breve entrevista
que es la que aquí queda reproducida:
KAREN: Estamos desde mayo de 2013. Esto empezó en principio
como un taller de pintura. Mi papá tenía aquí en este lugar su taller y los chicos
venían a pintar. Una vez dimos con Adri y con un grupo de teatro que
necesitaban un espacio y fue cuando yo le dije a ella que podían utilizar el
lugar para sus ensayos y allí fue con Adri como fue creciendo este proyecto.
Ella fue, en realidad, quien trajo un grupo de chicos de la Argentina, para un
taller de construcción de títeres de una semana y ahí fue cuando empezamos a
armar también diferentes funciones. La idea, en principio, es que este lugar
fuera un espacio donde realizar talleres, de teatro, de expresión corporal,
inclusive música, que es algo que estamos buscando también. Pero empezó como
taller de pinturas.
¿Cómo ha sido desde entonces la evolución del espacio?
¿De dónde viene la gente que viene a desarrollar aquí sus talleres? ¿Cuál es
vuestra cantera de donde tiráis para programar?
ADRI: Después de este grupo de chicos argentinos dedicados
al títere, un grupo de gente que yo conocía, empezamos a tirar del boca a boca. Así
funciona cuando hay un salón que funciona bien. Así que la evolución que
tenemos no es tanto que nosotras busquemos sino que vienen a buscarnos, nos
piden; y siempre a través de recomendaciones, preguntando y asesorándonos,
porque el público que tenemos es un público un poco delicado por la zona en la
que estamos.
Iba a preguntaros, por vuestro público, pues dando una
vuelta por la zona me llamó la atención que estáis en el corazón de un barrio donde
prima el lujo y los negocios de alto postín.
ADRI: Sí es una zona muy comercial, pero el público que
viene sí es de esta zona. Nos dimos cuenta que no es el mismo público que se suele
ir a los espectáculos que se hacen en el centro. Nosotras solemos encontrarnos
aquí con gente que luego nunca vemos en un teatro o en una sala del centro, y
es que en general, cuando vamos al teatro, normalmente se ven siempre las
mismas caras, es un público nuevo el que está accediendo aquí.
KAREN: Un público agradecido de la iniciativa, pues cuando
hacen la reserva por teléfono no suelen mostrar su alegría al conocer este
lugar en Villa Morra, porque siempre tienen que ir a buscar al centro. Suelen
acudir sobre todo gente de este barrio y de los que le rodean: Carmelita, Barrio
Herrera, Villa Aurelia.
ADRI: Que, como digo, son personas que no van tanto al
centro, digamos que les cuesta moverse de su zona de confort.
¿Y por esta zona hay otros espacios similares con los
que tengáis relación?
ADRI: No por esta zona ninguno, lo que sí hay es un museo
acá, que es el museo de Citibank, que es una galería en realidad, y que al fin
y al cabo es otro público, un público de clase alta.
Y os pregunto por la programación...
KAREN: Pues últimamente estamos programando muy seguidos. El
año pasado extendíamos más el tiempo entre una actividad y otra por los grupos
porque la gente empezaba a conocernos, entonces. Este año fue un poco más
fluido en cuanto a actividades.
ADRI: Como al principio no nos conocían mucho, teníamos que
mover mucho para atraer a la gente y ahora ya es más fácil, la gente te conoce,
ya tenemos sus números, la publicidad fluye más, sobre todo por whatsaap y
facebook.
¿Se va creando entonces un grupo de gente afín al espacio?
ADRI: Eso nos pasa mucho con las funciones para niños, pues en
general por aquí no hay mucha oferta para niños, y digamos que es el punto
fuerte del espacio. Nosotras, por ponerte un ejemplo, de cada diez actividades
que hacemos siete son para niños, y muy a menudo títeres. Las madres incluso
han creado su propio grupo por whatsaap por el que contactan y se van avisando
de las funciones o actividades. Hay madres especialmente líderes y con
verdadero poder de convocatoria que van trayendo gente nueva.
KAREN: Y las madres nos agradecen mucho este esfuerzo porque
no hay actividades para chicos, o sea, hay talleres, pero funciones u obras
para niños no es tan frecuente encontrarlas, como sí lo es para el público
adulto, donde sí hay más opciones.
¿Cuáles son los principales problemas con los que os
encontráis en la gestión del Salón Naranja?
ADRI: Pues vivir del salón todavía no lo logramos. El
problema fundamental que tenemos es de equipamiento. Las sillas las compramos
hace dos semanas después de un año de trabajar. El problema de todo es el
dinero. Pero nos va bien, o sea no salimos perdiendo, pues el modo en que
trabajamos consiste en asumir el riesgo en un 50% con los artistas, es decir,
que no estamos invirtiendo en traer a gente que luego no podamos pagar. Hasta
ahora lo hacemos así. El único problema es el equipamiento, pues todavía no
podemos ofrecer a los grupos buena iluminación, sonido, etc. Y el otro problema
es a veces también el tiempo... pues las dos tenemos dedicaciones que nos
llevan mucho tiempo, yo trabajo en publicidad y a veces encontrar ese tiempito
para hacer algo, para mover... cuesta mucho.
Y por último, ¿hay apoyo para este tipo de iniciativas en la
ciudad?, y en caso de que lo haya, ¿es vuestra idea tirar de él?
KAREN: Acá el apoyo lo hay... aunque es muy complicado
conseguir y se prioriza más en los proyectos sociales... por ejemplo, si uno
quiere abrir una sala en un lugar digamos más problemático, en donde uno vaya a
estar haciendo un bien para esa comunidad, entonces podría ser más fácil... Yo
trabajé de todas formas en un centro de ese tipo pero igualmente nos costaba
muchísimo. Acá el apoyo que nosotras podemos tener, el más factible, es el de
la gente y de marcas. Ya nos llegaron a contactar desde una cooperativa
universitaria que es casi un banco, que ellos querían un intercambio: darle
beneficios a sus gente y nosotras le hacíamos un precio especial en las
entradas y en el precio de inscripción de los talleres, pero al final quedó un
poco ahí, pero ese es el apoyo que de momento podemos esperar nosotras, la
gente y algunas marcas... estamos esperando surgir. Y hasta ahora no pudimos
alterar el orden previsto porque estuvimos trabajando en traer público aquí a
la zona.
El
Salón Naranja es un Espacio Cultural Para ser y expresar colores,
movimientos, palabras, fantasías y emociones. Disponible para todas las
personas con ganas de crear o presenciar
creaciones. Disponible para grupos sin lugar de ensayo, para artistas
sin galería, niños con ganas de jugar y experimentar con el arte.
Disponible para todos. Están en facebook.
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